“Peruvian boxer Kina Malpartida, left, fights with Brazilian rival Alana Dos Santos during their WBA super featherweight world title fight in Lima, wich Malpartida won to retain her title”.A raíz del éxito alcanzado por la boxeadora nacional Kina Malpartida, la revista Time sacó un artículo titulado “En el deporte peruano los hombres tambalean y las mujeres brillan”, donde detallan la revalidación del título de Kina Malpartida como campeona mundial.
En dicho artículo hacen referencia a la fiebre que se dio el mes pasado por un deporte no tan popular en nuestra sociedad (ya que muchos creen que es el fútbol, que a pesar de que no se juega muy bien es el rey), pero que aún así logró tener a todo un país pendiente de lo que sucedería en la pelea Kina Malpartida – Alana Dos Santos.
“Time” califica a Kina Malpartida como una mujer “idolatrada por los tradicionales “machos” del Perú porque no hay un atleta masculino equivalente en ese país”. Si abrimos bien los ojos y nos damos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor, cuando en nuestro país se habla de deporte lo único que se comenta es el futbol: en las revistas de deporte sale futbol en el 80% de ella, en los programas deportivos sólo se habla de futbol, en la página central del suplemento “DT” del diario El Comercio, el día de la victoria de Kina Malpartida, salió un artículo de futbol en lugar de poner a la campeona en la página central. ¿Es justo eso? Darle una mayor relevancia a un deporte que no trae ninguna victoria a nuestro país y que desde el año 1982 no ha vuelto a pisar un mundial, pero aún así todos se sientan a ver los tan “gloriosos” partidos del futbol peruano. ¿Y a qué se debe esto? Pues a que es practicado por hombres y dado que ellos (en nuestra sociedad machista) son los que deben sacar la cara por el país porque son ellos los que deben cumplir ese rol, el de ser reconocidos y ser “proveedores” de las victorias al Perú porque total, ellos son (o creen que son) la figura del espacio público, los productores.
Aún así, quiero resaltar que el logro de Kina la ha llevado a recibir los Laureles Deportivos, poniendo así a las mujeres por encima de los hombres en este rubro: De 76de estos galardones, 39 son de las féminas, entre las cuales destacan la selección de vóley de mayores obtenida en Seúl 88 y cómo dejar de lado a la primera peruana (y latinoamericana) en ganar el campeonato mundial de la ASP, Sofía Mulanovich (Sofi).
Por otro lado, hay algo que nunca se me quita de la mente cuando pienso en los deportes que se practican en nuestro país y en los premios que se otorgan a nuestros deportistas y éste ya es un tema que involucra también al Estado. Cuando los hombres (o mejor dicho, adolescentes), más conocidos como “los jotitas” fueron premiados en el Gobierno ¿qué les entregaron?, premios en efectivo. Pero, cuando las voleibolistas (en ese mismo año), volvieron al país y recibieron también un reconocimiento en el Gobierno, ¿qué les entregaron?, licuadoras. Qué chistoso, ¿verdad?. En mi opinión yo lo clasifico como una discriminación directa, ya que es obvio que nuestro presidente aún veía (y quizás sigue viendo) a las mujeres como las clásicas amas de casa, que no por haber llegado lejos en un campeonato de vóley merecen algo mejor que aparatos electrodomésticos, pero sin embargo los hombres sí merecen premios en efectivo, por más que la fiebre de los jotitas duró sólo 2 semanas.
Ahora, ¿qué tanto es el orgullo del país por el fútbol?, ¿cuál es la fijación con este deporte? ¿Por qué los hombres se vuelven tan violentos (haciendo referencia a las barras bravas) cuando su equipo no sale adelante? ¿Por frustración? ¿Por vergüenza? ¿Por simple piconería? O quizás sólo porque puede que se sientan un tanto disminuidos al ver los logros femeninos y no los masculinos. Claro, porque son ellos los que sienten que tienen el deber de resaltar en el espacio ciudadano.
Mariana Deza Avilez
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